El papel de la carne en la dieta está dando pie a no pocas controversias: las personas que no comen carne disponen de menos ácidos grasos omega-3 (beneficiosos) en la sangre, pero a su vez tienen menor riesgo de cáncer de próstata. Mientras los dietistas especulan con las ventajas e inconvenientes de optar por un régimen con o sin carne, los biólogos se preguntan si el ser humano debe encuadrarse realmente entre los animales carnívoros, omnívoros o herbívoros.
Además de su excelente sabor, la carne roja es un alimento perfecto para añadir muchos de los nutrientes que nuestro cuerpo necesita para gozar de una buena salud. Te invitamos a descubrir todas sus propiedades.
Proteínas de alta calidad. La carne roja es una fuente de proteínas de alta calidad, materia prima necesaria para el crecimiento y la regeneración de los tejidos del cuerpo. Además son aminoácidos esenciales para la estimulación de las defensas y la protección de nuestro sistema inmunológico de agentes externos.
Hierro de fácil absorción. El alto contenido en hierro, mucho más fácil de absorber que el de las plantas, convierte a la carne roja en el alimento perfecto para aquellas personas con anemia o episodios con bajos niveles de hierro.
Concentración de minerales. El hierro no es el único mineral que te aportará el consumo de carne roja porque también contiene zinc, fósforo, magnesio y selenio. Complementos que favorecen el correcto crecimiento y funcionamiento de tus células.
Grandes concentraciones de vitamina B. Otras de las grandes propiedades de la carne roja para nuestra salud son sus elevadas concentraciones de vitamina B12, fundamentales para el mantenimiento del sistema nervioso central y de la formación de los glóbulos rojos.
Por lo tanto, una alimentación equilibrada en la que la esté presente la carne roja se convierte en garantía de buena salud. Una manera sana y sabrosa de incorporar estos nutrientes, vitaminas y minerales sin tener que recurrir a complementos alimenticios. ¿No te parece?
Además otra de las ventajas de la carne roja es que es muy versátil y… ¡La puedes preparar de muchísimas maneras! A la plancha, a la parrilla, con verduras, al horno, en salsa… ¡O como se te ocurra! ¿Ya has pensado cómo la vas a cocinar hoy?