Esta fruta originaria de China se cultiva hoy en dia con éxito en muchos paises y a pesar de su origen exótico la hemos integrado en nuestra dieta como una fruta de consumo habitual. No es para menos: bajo en calorías, rico en fibra, y con un alto aporte de minerales y vitaminas, es un alimento excelente para reforzar nuestro sistema inmunológico y mantener una dieta equilibrada.
– Energía y macronutrientes. El kiwi es poco calórico, unas 54 kcal por cada 100 gramos de fruta. Aporta una cantidad moderada de hidratos de carbono en forma de azúcares (12%), un 1% de proteínas y 0,5% de grasa.
– Fibra. Proporciona cantidades importantes de fibra soluble, que ayuda a normalizar los niveles de colesterol y facilita el tránsito intestinal, evitando el estreñimiento. También contiene bastante fibra insoluble, con un potente efecto laxante.
– Vitaminas. Destaca su contenido en vitamina C; más del doble que una naranja.
Un solo kiwi cubre de sobra las necesidades diarias de esta vitamina tanto para un adulto como para un niño. También es rico en vitamina E (9% CDR) y vitaminas del grupo B, entre ellas el ácido fólico. El ácido fólico colabora en la producción de glóbulos rojos y blancos, en la síntesis material genético y la formación anticuerpos del sistema inmunológico. De esta manera, el kiwi refuerza el sistema inmunitario, que defiende al organismo, previene de posibles infecciones (resfriados y gripes, entre otros), y favorece la absorción del hierro (por su riqueza en vitamina C).
También protege a las células del proceso de envejecimiento (por su contenido en vitaminas C y E) y ayuda a prevenir malformaciones fetales (por su destacado contenido en ácido fólico) por lo cual
resulta muy recomendable en mujeres embarazadas.
– Minerales. Entre su contenido mineral, destaca el potasio, el magnesio y el cobre. Una sola pieza cubre el 10% de las necesidades diarias de magnesio, mineral que se relaciona con el funcionamiento de intestino, nervios y músculos, forma parte de huesos y dientes, mejora la inmunidad y posee un suave efecto laxante. El potasio es necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso, para la actividad muscular normal e interviene en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula.
El kiwi es rico en luteína, al igual que el huevo y otras frutas y verduras (espinacas, brócoli, acelgas). La luteína es un pigmento de origen natural (carotenoide) que actúa como un filtro de las radiaciones solares.
Defiende a la vista frente a algunos de los efectos dañinos del sol, y actúa como un antioxidante, que protege la vista del daño producido por el efecto de los radicales libres implicados en el envejecimiento y desarrollo de enfermedades degenerativas. Numerosos estudios científicos relacionan la luteína con la prevención del cáncer, enfermedades cardíacas y degeneración macular relacionada con la edad y cataratas, ambas causas importantes de ceguera.
Debido a sus propiedades nutritivas y al aporte de sustancias de acción antioxidante, su consumo es adecuado a cualquier edad, y muy recomendable para los niños, las mujeres embarazadas o madres lactantes y las personas mayores. Por su aporte de vitaminas C y ácido fólico, se recomienda especialmente a quienes tienen un mayor riesgo de sufrir carencias de dichos nutrients. La vitamina C, como antioxidante, contribuye a reducir el riesgo de múltiples enfermedades, entre ellas, las cardiovasculares, las degenerativas e incluso el cáncer. La vitamina C aumenta la absorción del hierro de los alimentos, por ello se aconseja en caso de anemia ferropénica, acompañando a los alimentos ricos en hierro o a los suplementos de este mineral ya que esto acelera la recuperación.